28 abril 2017

La Reforma Fiscal de Trump


Lo que sigue no es mío, sino del conocido escritor "Paz y Risas" que reciertemente está muy prolífico y muy liberal y que me deleita con sus mensajes.  He extraido este su trabajo del penúltimo e-mail recibido y lo he incrutado aquí para deleite de Vuecencias.



A lo mejor ahora no es tan difícil entender el porqué tanta gente le votó. En los EEUU tienen una mentalidad bastante diferente a la nuestra. Al igualque nosotros, ellos tienen la peor opinión posible de los gobernantes y de los políticos. La diferencia es que, teniendo la peor opinión de los políticos, a nosotros nos encanta que los políticos manejen nuestro dinero, que nos cobren muchos impuestos que regulen nuestras vidas y que el gobierno controle todo.

La reforma fiscal que Trump acaba de anunciar es difícil que no nos deje a todos con los dientes bastante largos. A las empresas, Trump les va a bajar el Impuesto de Sociedades del 35% al 15%. A ver quién y cómo compite  ahora con ellas.

 A los ciudadanos, les va a reducir los tramos del IRPF a 3. En el primer tramo pagarán el 10%, en el segundo el 25% y en el tercero el 35%. Para los más ricos, incluyendo a Trump, el tipo máximo baja al citado 35% desde el actual 39,6%, pero el resto de la población también sebeneficia de la rebaja de tramos. 
Por ejemplo, la exención fiscal para los hogares americanos subirá hasta los 24.000 dólares, doblando casi la exención actual.

Trump también ha propuesto la práctica eliminación del impuesto de Sucesiones, que sólo se aplicara sobre herencias superiores a los 5,5 millones lo que sólo afecta, se calcula, a un 0,2% de la población del país, incluyendo a Trump.

Comparado con lo que pagamos nosotros, la reforma fiscal de Trump parece un auténtico sueño. Alguien podría objetar que a cambio nosotros tenemos un Estado del Bienestar mucho más amplio, lo cual es sólo parcialmente cierto.


Nosotros hemos apostado por entregar la mitad de lo que ganamos a los políticos para que a cambio nos protejan de todo mal, por lo menos para que nos garanticen atención sanitaria, educación y pensión. Los políticos toman la mitad de nuestro dinero, o más, a cambio de supuestamente garantizarnos todo eso. Como es evidente los políticos se gastan el dinero en muchas más cosas que en eso, algunas bastante discutibles, por no 
mencionar el dinero que se va en corrupción, una tentación permanente cuando los políticos lo controlan todo, hacen tantas cosas y manejan tanto dinero. Nuestros políticos no necesitan gestionar muy eficientemente nuestro dinero porque cuando les hace falta más nos suben los impuestos.
Si nos quejamos nos dicen que es para pagar la educación y la sanidad, y seguimos pagando encantados.


El modelo americano es un poco distinto. Ellos apuestan más porque la gente, con carácter general, puede buscarse bastante bien la vida sin ayuda de los políticos. Si alguien no puede, entonces se le ayuda a ese que no puede, y no necesariamente mediante instituciones públicas sino mediante instituciones privadas, siendo el Estado una institución de último recurso.


El resultado es que efectivamente el estadounidense medio tiene bastante menos protección estatal que el europeo medio. No tiene una sanidad pública como la nuestra, pero tiene un buen y caro seguro privado. La verdad es que los estadounidenses tienen una buena sanidad, aunque mueren antes que nosotros por su dieta de helados, hamburguesas y batidos.


Un estadounidense no paga la mitad de sus ingresos a los políticos para tener una sanidad pública, pero como en los EEUU hay impuestos muy bajos y el gobierno es pequeño la economía es muy dinámica y próspera.El PIB per cápita de un español es de 24.000 euros, el de un estadounidense de 51.900. El paro en España alcanza el 18,4%, en los EEU el 4,5%. Entre que ganan mucho más y pagan menos impuestos, vale que no tienen sanidad pública, pero les queda mucho dinero en el bolsillo para pagar un buen seguro privado.


Evidentemente hay personas en los EEUU que no se pueden pagar un seguro privado, pero para eso hay programas e instituciones estatales como Medicare y Medicaid. Que en los EEUU los pobres se mueren sin ser atendidos en las puertas de los hospitales es básicamente un mito. A fin de cuentas EEUU es una economía mucho más grande que la nuestra, el PIB per capita es el doble y sólo hay un 4,5% de parados, por lo que los ingresos del Estado son muy importantes aunque los impuestos sean bajos.


El PIB per cápita de los EEUU alcanza los 51.900 euros, frente a los 24.000 de un español, pero es que se trata de una cifra apreciablemente más alta también que la de un sueco, cuyo PIB per cápita es de 46.600 euros. Esto significa que, con impuestos más bajos que un sueco o un español, el estado USA puede recaudar tanto o más.


Hay también un grupo de ciudadanos estadounidenses que ni son pobres ni tienen seguro de salud. Eso es porque no es obligatorio tenerlo (parte de la polémica con el Obamacare tenía que ver con la pretensión de imponer un seguro obligatorio) y un porcentaje de la población, en un momento de su vida, con razón o sin ella, estima que no le sale rentable tenerlo.


Por lo demás, naturalmente cualquiera puede ir con una cámara a grabar a un indigente en los EEUU rebuscando en un contenedor o encontrar a una persona con una terrible historia que le sucedió en un hospital, pero quizá tenemos una idea de la situación social en los EEUU muy basada precisamente en todos los programas que hemos visto basados en la cámara que iba a buscar a un indigente o a una persona con una terrible historia en el sistema sanitario, como si no se pudiera salir en España con una cámara a buscar indigentes durmiendo en los cajeros o a personas con terribles historias que les han sucedido en la sanidad.


 Lo importante es que no creamos que podemos tener educación o sanidad si no entregamos a nuestros políticos el 50% de nuestro sueldo o el 100% de nuestro sueldo.

Por cierto, la historia ha demostrado reiteradamente que cuando la gente se queda sin sanidad, sin educación, sin nada que llevarse a la boca y sin libertad es precisamente cuando el Estado se queda con el 100% de sus ingresos.


La cuestión es si en ese delicado equilibrio entre un Estado del Bienestar potente pero que no nos asfixie, o una sociedad libre pero poco amparada, a los estadounidenses no se les ha ido la mano por un lado y a nosotros por el otro extremo. Por no hablar de las enormes parcelas de nuestra vida cuyo control hemos entregado a los políticos junto con nuestro dinero, empezando por la educación, cuando al mismo tiempo estamos diciendo que los políticos son lo peor de lo peor, cosa que no todos los días 
desmienten los elediarios. Al menos los estadounidenses son más
coherentes con eso.

Atentamente,


Paz y risas.
 


24 abril 2017

El Siglo de las Luces.


No resisto el copiar aquí el artículo de este nombre que aparece en www.todacultura.com

Mi único pensamiento quizá solo muy vagamente original es mi sensación de que a pesar de la historia, todos los que ahora la ignoran y la manchan me parece que lo único que saben es apagar las luces.

En fin ahí va el copy write de todacultura:


Se denomina "Siglo de las luces" al siglo XVIII, por prevalecer una mentalidad que hace de la ciencia y la razón verdades incuestionables que permiten el progreso de la humanidad. Desde principios de siglo se dibujó una profunda crisis espiritual, cuyo centro fue la negación o la crítica de la iglesia católica y las monarquías absolutas.

 Esta lucha fue desarrollándose a lo largo de la centuria, hasta desembocar en un formidable estallido revolucionario mundial. La revolución, en efecto, se inicia en Estados unidos y después se extendió a Francia y a toda Europa. Finalmente incendio el continente hispanoamericano dando lugar a la independencia de las antiguas colonias españolas durante el primer tercio del siglo XIX. 

La Ilustración y el Enciclopedismo son ejemplos de movimientos intelectuales que promueven estas ideas. Más que un conjunto de ideas fijas, la Ilustración implicaba una actitud, un método de pensamiento. De acuerdo con el filósofo Immanuel Kant, el lema de la época debía ser "atreverse a conocer". Muchos defensores de la Ilustración no fueron filósofos según la acepción convencional y, en un intento de orientar la opinión pública a su favor, imprimieron panfletos, folletos anónimos y crearon gran número de periódicos y diarios.

Los precursores de la Ilustración pueden remontarse al siglo XVII e incluso antes. Abarcan las aportaciones de grandes racionalistas como René Descartesy Baruch Spinoza, los filósofos políticos Thomas Hobbes y John Locke y algunos pensadores escépticos galos de la categoría de Pierre Bayle o Jean Antoine Condorcet

A finales del siglo XVIII, en Francia, surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración. Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan respetables como la razón. 

En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de crítica para englobar materias políticas y económicas. De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la guerra de la Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las estaban aplicando.

El Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789, aunque es incuestionable que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y XX. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. 

Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo XX.

La Ilustración no se limitó a Francia, sino que se extendió por todo el mundo. En Alemania tuvo especial importancia, y allí recibió el nombre de Aufklärung. Alemania tuvo como principal representante a Cristian Wolff (m. 1754) deísta moderado.

Como manifestaciones políticas de la Ilustración podemos citar: El despotismo Ilustrado, el parlamentarismo inglés y el Reformismo borbónico.