13 marzo 2011

Si los tontos volasen se oscurecería el sol

Las ranas y sapos que querían otro rey.

Cansadas las ranas del orden y autoridad en que vivían, mandaron una delegación a Zeus para que les enviara otro rey.

Zeus, atendiendo su petición, les envió un grueso leño a su charca.

Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se
corrieron a esconderse. Pero, al darse cuenta de que el leño no se movía, fueron saliendo a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tanto desprecio por el nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.

Y así, sintiéndose humilladas por tener como monarca a un simple madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo.

Indignado Zeus, les mandó como rey una culebra que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión.

A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y honesto, en vez de uno malvado o corrupto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

También a Zeus ya le vale, menudo cachondo...