24 enero 2006

Incubos y Súcubos

Hoy estoy diabólico. No se por qué, pero de repente me ha dado por recordar que los pecados pueden ser mortales, veniales, sexuales (estos son casi sin excepción mortales), de pensamiento palabra u obra, de deseo, y lo peor de todo, yo creia que hay pecados que no se podían perdonar, pues no se perdona el pecado hasta restituir lo robado ... ... uf! qué se yo, menudo lío, porque además los pecados pueden apelotonarse y al estar juntos se modifican y/o se potencian mutuamente. Por eso al confesarlos hay que dar toda clase de detalles de cuando, cómo, donde, cuantas veces (importantísimo), con quien y que impedimentos tenía el quien (o la quien), vamos que para confesarse no se si como Dios manda, pero al menos como manda la Santa Madre Iglesia viene bien preparar antes el examen de conciencia mediante ese cuestionario que figura en las oportunas páginas del libro de misa ...
Ahora ya no es necesario tanto protocolo, y la última vez que vi un confesionario ocupado fué en Alcañiz la pasada Semana Santa. Estaba visitando los Monumentos (otro día les contaré qué es eso) y de repente me veo que de un confesionario sale una turista joven, una "jung frau", para mas señas de identidad que se había refugiado allí para hablar a gusto con su teléfono móvil. No logré aclararme si fué una falta de respeto por su parte o que creía de buena fe que aquella cosa era una cabina telefónica de uso público. Pero si he sacado a capítulo el tema de los confesionarios es porque mi mente retorcida me ha hecho recordar que en la Sede de cada Obispado puede Vd encontrar, si se molesta en buscarlo, uno especial que lleva el rótulo "Canónigo Penitenciario".
Los canónigos son una especie de funcionarios del Obispo y que según se decía cuando yo andaba por la escuela, merendaban chocolate con picatostes, y tenían canonjías, que venía a ser algo así como enchufes similares a los que los políticos actuales conceden a sus queridas (becas para "estudiar" en Italia por ejemplo). Bueno pues este señor es el único que está especialmente autorizado por el Obispo para perdonar los pecados "reservados" a dicho Obispo, y que son los pecados especialmente especiales que dicho Obispo se reserva pasa su augusta Autoridad y que nadie salvo él ( o el canónogo penitenciario en quien él delega) puede perdonar. Estos pecados suelen ser especialmente horrorosos, como por ejemplo en la Diocesis (territorio) de Zaragoza el escalar los muros de un convento de clausura (Ah! que no sabe Vd lo que es un convento de clausura y lo que puede encontrar dentro una vez que escale el muro?, pues deje volar su imaginación) o los pecados contra natura. De estos últimos hay algunos tipos como el accesus ad demonem del que no he tenido demasiadas noticias recientes y puede ser que sean relativamente escasos, tanto en su categoría de íncubos (demonio que adopta la figura de hombre para seducir a la mujer y que tiene el pene duro como el hierro y el semen frio como el hielo) como en el caso de súcubos (diablo que adopta la figura de tía buenísima para seducir al varón). Pero hay otros pecadillos que parece que son mas frecuentes por muy contra natura que sean, y si no vean vean ... ... en una Diocesis de Navarra se dió el caso de Fray Uno que batallaba con Fray Dos sobre si el pecado contra natura simplex pollutio estaba tambien reservado, argumentando que dado el enorme número de pecados no podía el Sr Obispo dar abasto para atender a todos. Yo, por mi parte solo digo que desde mi observatorio actual echo en falta que el diablo adopte alguna figura intermedia entre íncubo y súcubo, adecuada a los tiempos que nos toca vivir.
Me toca, por último, en la diarrea mental de hoy, comentar que entre los papeles que me dió la familia cuando falleció la abuela apareció una Bula de la Santa Cruzada, no tan vieja despues de todo, de 1953. Empieza Nos, Fulano de Tal, Comisario General Apostólico de la Bula de la Santa Cruzada, .... bla bla , bla, ..... cuando los pueblos infieles con largas y crueles guerras, ponían en peligro a España y hasta a toda la Cristiandad .... bla, bla, ... los cristianos, ya con las armas, ya con limosnas, bla, bla .... (Bueno pues parece que lo de la guerra de Irak viene de lejos) y, sigue bla, bla ... y de repente te da permiso, si has pagado la Bula -claro- , tanto para comer carne si te apetece, aunque sea jalufo y en día de abstinencia, como para apañarte a "Congrua Composición" con el antes dicho Comisario General por lo "injustamente retenido u obtenido". Y aquí es donde se cierra nuevamente el círculo porque aunque para todo bicho viviente no se perdona el pecado hasta restituir lo robado, si ese bicho tiene Bula puede llegar a un acuerdo de Congrua Composición con el Comisario General antes citado, ... y pelillos a la mar ...

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